miércoles, 14 de diciembre de 2011

El Sacerdote y la Bioetica.
El martes  6 de Diciembre  en el auditorio Diocesano de la Casa de Rivera, se hizo la presentación oficial de libro El Sacerdote  y la Bioetica. que  ofrece una recopilación  abundante  de materiales  en el campo de la Bioetica desde la perspectiva del Magisterio eclesial.
Para adquirirlo lo pueden solicitar a la la parroquia  del perpetuo socorro. Carrera 8A Nº 17 - 20. Barrio Camponuñez. Neiva Huila Colombia o al E.mail: perpetuosocorro.parroquiaperpe@gmail.com

miércoles, 10 de agosto de 2011

LA DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA


LA DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA
Dra. Isabel Viladomiu

Abordar la dignidad de la persona humana es el núcleo central de la bioética cuando trata temas con relación a la persona humana. Nuestra cultura ha ido descubriendo paulatinamente la importancia la persona y su dignidad. Por ejemplo, el concepto de persona tiene una gran relevancia jurídica. Por eso el Derecho se apoya en la persona para la legislación positiva a cerca de los derechos fundamentales, los principios jurídicos conocidos como derechos humanos. La ciencia del derecho desarrolla las implicaciones jurídicas del carácter personal del hombre, y edifica sobre ellas la seguridad de la vida social. Y es que la fuente última de la dignidad del hombre es su condición de persona.

1- SER PERSONA
Cuando se dice de un sujeto, de alguien, que es persona se está señalando al hombre singular y concreto en su totalidad real. Una totalidad que implica su condición corporal y su dimensión espiritual, una dimensión que es propia del hombre. El respeto hacia la persona requiere el cuidado de ésta como un todo desde su dimensión física y psíquica.

Las características de ser persona son:
La intimidad que indica un conocimiento que sólo ella conoce y la capacidad de manifestar y comunicar su intimidad.
Su radical libertad nos indica otra característica fundamental de la persona, que es dueña de sus actos, y por tanto responsable de éstos.
Capacidad de donación, entrando en relación con los demás a través de su intimidad, dando y dialogando. Una persona sola no existe como persona, porque ni siquiera llegaría a reconocerse como a sí misma como tal. El conocimiento de la propia identidad, la conciencia de uno mismo, sólo se alcanza mediante el concurso de otros, de aquí la naturaleza social del ser humano.
La persona humana es irrepetible y única, porque es un alguien; no es sólo un qué, sino un quién. La persona responde la pregunta ¿quién eres? responde siempre y en todo lugar con un nombre: es única e irrepetible.

La bioética necesita fundamentar la condición personal del hombre para esclarecer y legitimar las decisiones de intervención sobre la vida humana ya que cualquier intervención sobre el ser humano no alcanza únicamente a los tejidos, órganos y funciones; afecta también, a la persona misma. Muchas veces surgen interrogantes importantes cuando se asumen los dilemas éticos en el tratamiento a dar a la persona humana: ¿es el feto persona? ¿es el disminuido psíquico persona?
¿Es el enfermo terminal o en coma profundo persona? ; en otras palabras ¿quién no tiene conciencia de sí, es persona? La respuesta más sencilla apunta al hecho de que quien no desarrolla en la actualidad las capacidades propias de la persona, no se encuentra desposeído de esta categoría, todo ser humano posee su identidad como persona, ejerza o no las capacidades que le son propias. Cuando se excluye de la categoría personal a todos aquellos que no cumplen con la autonomía personal y de la libertad de sus acciones le excluimos de la categoría que le es propia, valorando y primando la capacidad de obrar que es extrínseca a su condición de ser humano.
La propia concepción de nosotros mismos, lo que queremos llegar a ser, será el punto de partida en la relación con los demás. De aquí la importancia de responder a todos los interrogantes filosóficos y morales de forma personal y orientados hacia el bien personal y social. La ética, disciplina que pertenece a la filosofía, debe aportar el conocimiento racionalmente válido de lo que es lícito hacer y lo que se debe omitir, debe responder a la siguiente pregunta: ¿Qué acciones son lícitas de realizar y cuales no? Se hace necesario reconocer las cuestiones universales de orientación al bien común. ¿Qué va a permitir al hombre seguir adelante en su camino de superación, ante las dificultades que tropieza? ¿Qué acciones preservan la paz social necesaria para este desarrollo, tanto personal, como social?

2- LA DIGNIDAD INTRÍNSECA DEL SER HUMANO
Cuando hablamos de dignidad humana, hablamos de un valor intrínseco y personal que le corresponde al hombre en razón de su ser, nunca basada en rendimientos externos, ni por fines distintos de sí mismo. El término digno hace referencia a lo que es estimado o considerado por sí mismo, no como derivado de algo. Por tanto la dignidad que abordamos en este tema se fundamenta en la dignidad intrínseca del ser humano y en la noción de ser fin en sí mismo; esta dignidad atribuida a la persona por su pertenencia al género humano se convierte en fundamento del trato a dar a un semejante, sea autónomo o no, y que implica la no utilización como medio. El ser humano no puede ser utilizado nunca como medio, es siempre fin en sí mismo. En bioética, esta dignidad se concreta en el principio de respeto y de autonomía del sujeto que es protegida por los convenios internacionales que resguardan a las personas ante posibles abusos como el de la experimentación en ensayos clínicos.

Nadie puede negar que el hombre representa el vértice en la vida del universo y en el reino constituido por las diferentes formas de vida. El hombre es portador, por pertenecer al género humano, de una dignidad que le es propia. Hablamos, entonces, de una dignidad ontológica que le corresponde al hombre por ser hombre. ¿Cómo llegamos a esta afirmación y en qué la basamos? La respuesta a esta pregunta viene desde la filosofía que busca explicar los problemas a la luz de los principios. Desde la filosofía el hombre lleva siglos buscando respuestas válidas a este interrogante. Son de destacar las aportaciones realizadas por los filósofos Immanuel Kant, Pico della Mirandola y Tomás de Aquino, que desde concepciones diferentes, basan el criterio de dignidad de la persona en la libertad y autonomía que le es propia.
a) Entre todos los seres que pueblan el universo, sólo el hombre puede dirigirse por sí mismo hacía su propia meta.
b) El hombre puede determinar la dirección de toda su existencia.

La palabra libertad puede tener diferentes significados. Puede referirse a la ausencia de restricciones físicas o también de ausencia de presiones y demandas sociales. Pero para la ética el significado de libertad hace referencia a la capacidad por la que las personas pueden dar forma a sus propias vidas a través de sus elecciones: la libertad de autodeterminación

Las capacidades intelectivas que posee el hombre, su inteligencia y su voluntad, le permiten la elección de las acciones que van a conformar su propia vida. Es este tipo de libertad la que más tiene que ver con las calificaciones éticas de nuestros actos, por la elección y dirección de la acción a realizar, ya que en ella reside una intención. Cuando no existe posibilidad de elección real, no existe autodeterminación y por tanto no hay acción moral basada en la libertad.

Al iniciar este capítulo se comentaba como en la actualidad la dignidad de la persona humana es centro de las nuevas legislaciones que parten del concepto de persona para legislar positivamente en los ordenamientos jurídicos. Destacaría la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 – que surge ante el exterminio del pueblo judío durante la segunda guerra mundial– donde se recoge, de forma positiva, el reconocimiento de la dignidad intrínseca del ser humano. Esta Declaración dice en su preámbulo: “la libertad, la justicia y la paz del mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos inalienables de todos los miembros de la familia humana (?)”. Nos viene a decir que al hombre le corresponde en virtud de su propio ser, por naturaleza: la dignidad ontológica, y en consecuencia intrínseca, así como los derechos y los deberes que le son inherentes. Tenemos que recordar que los derechos humanos existen y los posee el sujeto independientemente que los reconozca o no el derecho positivo. En el Art.1 dice: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”. Toda doctrina o práctica que se asiente en la discriminación, superioridad o inferioridad de unos hombres respecto a otros, es contraria a este principio proclamado en la Declaración.

3- EL HOMBRE FIN EN SÍ MISMO: DIMENSIÓN SOCIAL
Todo ser humano es por naturaleza social, esto es, desde su libertad encuentra en sí la referencia hacia los demás y hacia la sociedad. Su libertad no es independencia social, al contrario, no puede renunciar a la tendencia social de la que es portador, como no puede renunciar a su tendencia hacia la sexualidad, o a la conservación de la propia vida. El hombre se relaciona constantemente con sus congéneres, coexiste con ellos y de esta premisa surge el principio del hombre como fin en sí mismo, por su dimensión social en la que siempre se encuentra.

La libertad y la autonomía de los propios actos, como hemos dicho anteriormente, hace referencia a la capacidad que poseemos por la que damos forma a nuestras propias vidas a través del ejercicio de nuestra libertad. Decimos que el hombre se autodetermina con sus acciones, esto es, que la dignidad ontológica que cada persona posee puede y debe ser acrecentada con los actos libres que realizamos.

Estamos ante una dignidad perfectiva que se suma a la dignidad ontológica, por la que nos realizamos como personas a lo largo de toda nuestra vida. Libertad y autodeterminación es el reto que constantemente debemos afrontar. La bioética debería responder al interrogante ¿debemos digfnificarnos con el trato a nuestros semejantes? ¿quién es nuestro semejante?

La dignidad humana como fin en sí misma ofrece un primer criterio de reflexión para la valoración ética de las finalidades de toda actuación. Su más célebre expresión aparece en una de las formulaciones del imperativo categórico kantiano: “Actúa de tal modo que trates a la humanidad, tanto en tu persona como en la persona del otro, no como un mero medio, sino siempre como y al mismo tiempo como fin”. Así entendida, la dignidad humana se presenta como un principio negativo que no se debe traspasar y actuaría como principio positivo en las acciones particulares dirigidas hacia el respeto debido a todo ser humano:

Nunca es lícito negarse a reconocer y aceptar la condición personal, libre y plenamente humana de los demás. El otro es también persona.
Servirse de personas para conseguir nuestros fines es manipulación, y consiste en dirigir a las personas como si fueran autómatas o instrumentos, procurando que no sean conscientes de que están sirviendo a nuestros intereses, y no a los suyos propios, libremente elegidos.

El individuo como entidad no existe aisladamente, la relación con otras personas es parte del tejido de la vida y la bioética trata la dimensión ética del tratamiento que damos al ser humano. Los grandes avances tecnológicos de la actualidad y los diferentes modelos o tendencias culturales ponen de manifiesto la existencia de diferentes éticas en cuanto abordamos los problemas de intervención sobre la vida. La bioética debería aportar al conocimiento científico el valor de la persona para que ésta sea siempre un fin en sí misma, para que toda intervención cumpla los objetivos terapéuticos y limite las intervenciones que manipulen e instrumentalicen la vida humana. No le corresponde a la bioética una función restrictiva, de poner límites a la medicina o a la investigación, sino recordar el valor de la vida humana y la dimensión ética de toda intervención sobre las personas y buscar las intervenciones que se adecuen más a la dignidad que le corresponde.

La persona es anterior a toda organización social, política o jurídica y es punto de referencia y de medida entre “lo licito” y “lo ilícito”.

BIBLIOGRAFÍA:
Grisez, G., Ser Persona, Rialp, Madrid 1993.
Yepes, R., Fundamentos de Antropología, Eunsa, Pamplona 1977.
Sgreccia, E,. Manual de Bioética, Diana, México 1996.
Ferrer, U, . La dignidad y el sentido de la vida, Cuadernos de Bioética, vol VII. Nº26. 1996

jueves, 9 de junio de 2011

Nueva enciclopedia Virtual de Bioetica

Un nuevo aporte  en este campo dela Bioetica: La enciclopedia virtual con especialistas del Vaticano que podemos ver en: www.enciclopediadebioetica.com

miércoles, 16 de marzo de 2011

LA VIDA HUMANA

Primeras horas de la vida humana: una perspectiva científica
Podemos decir que la biología nos muestra, que el embrión desde la formación del cigoto es un organismo individual con su propia identidad génica que lo define como un individuo de la especie humana 
Autor: Alejandra Huerta Zepeda | Fuente: Catholic.net


La pregunta de cuando comienza la vida de un ser humano continúa en debate. Sin duda es un tema de suma importancia en el campo biológico, ético, legal y políticas públicas entre otros. Por lo que a continuación mencionaremos unos datos de suma importancia para dicho debate. Oxford Journals en Human Reproduction, sacó una publicación, donde señala con evidencias científicas que el desarrollo embrionario inicia a partir de una sola célula, el cigoto . La revista Science publicó como un cigoto se vuelve “todo” . En el presente escrito explicaremos estas dos afirmaciones, con el propósito de poner al alcance evidencias científicas que sostienen como el cigoto o embrión unicelular es un organismo individual, un individuo con identidad génica poseedor de todo un sistema orgánico, que es “el todo” con carácter único, individual e irrepetible, poseedor de un cuerpo.

Las células sexuales después de un largo proceso de desarrollo y maduración, conocido como gametogénesis, están listas para que se lleve a cabo la fecundación, también recibe el nombre de concepción, que es la fusión de las membranas, evento que reactiva la meiosis II del ovulo, formando una nueva célula con 46 cromosomas -23 del espermatozoides y 23 del ovulo. Inmediatamente después inicia la activación genómica que son cambios químicos y estructurales finamente coordinados por la información epigenética que dirige paso a paso el proceso de desarrollo embrionario, de forma única e irrepetible. Todas estas evidencias sugieren como desde su estadio embrión unicelular, implica rigurosa unidad del ser que se está desarrollando. 

Diferencias que hay entre una nueva célula humana y un embrión unicelular

Sin embargo, para muchos el embrión unicelular es solo una nueva célula viva humana pero no es un ser humano, por lo que es necesario aclarar las diferencias que hay entre una nueva célula humana y un embrión unicelular.

Una nueva célula contiene todo el genoma completo, con la información epigenética previamente establecida; es una célula diferenciada con expresión de genes específicos para cumplir una función determinada, se multiplica con la misma información pero con una limitada proliferación, en otras palabras es una célula incapaz de dar lugar a otras líneas celulares diferente a ella, forman parte de un todo. En cambio, el embrión unicelular, posee unidad y organización vital, esto es dinamismo propio, que posee individualidad y estructuración en el espacio y tiempo. Es capaz de auto-movimiento que se manifiesta en el desarrollo embriónico. Tiene en su maquinaria todo lo necesario para auto-regularse; aparentemente es un organismo muy primitivo por no tener los órganos bien diferenciados, sin embargo, lleva a cabo diferentes funciones en una sola dirección, con un orden sistémico, que le confiere autonomía -capacidad de gobernarse (regularse). Con estas evidencias podemos afirmar que el cigoto, desde sus inicios goza de unidad e individualidad esencialmente fuertes.

Cuando se lleva a cabo las primeras divisiones celulares se presume que todas las células embrionarias son totipotenciales; sin embargo, existen nuevas evidencias que comprueban que aunque tienen una gran capacidad proliferativa, a cada paso de su división van perdiendo totipotencialidad y se van definiendo hacia una función o zona del cuerpo específica. Por ejemplo, cuando se aíslan los blastómeros algunos investigadores afirman que poseen las mismas características y funciones. Sin embargo, si se hace un estudio minucioso observamos que no es así. Varios grupos de investigadores se cuestionaron sí realmente todas las células eran idénticas y simétricas, ya que se asumía que todas las células embrionarias (embrión de 4, 8, 16, 32 células) eran iguales, es decir que todas las células eran totipotenciales. Con los estudios realizados se comprobó que no se dividían de manera simétrica y que la célula que se dividía primero siempre daba lugar a la masa celular interna que de ahí surgen las tres capas laminares que forman todo el organismo, y el blastómero que se dividía tardíamente daba lugar al trofoectodermo donde provienen todos los tejidos de soporte como la placenta . Con estos y otros estudios más finos se comprobó que las células son pluripotenciales con un altísimo poder proliferativo capaz de dar lugar a todos los linajes celulares, pero incapaces de dar lugar a un nuevo organismo. Se ha comprobado que cada célula tiene una función diferente que participa de manera específica en todo el proceso. Cuando se aísla un blastómero, aún considerando que sea del estadio de 4 células, tiene un altísimo poder pluripotencial pero es incapaz que reinicie un nuevo programa de desarrollo embrionario debido a que cada célula ya tiene una programación específica, ha perdido su totipotencialidad, por que a cada paso se va diferenciando, y principalmente por que carece de los ejes corporales, en especial del eje cabeza-cola (antero-posterior) que fue trazado desde el momento de la fecundación; este eje es el plano para que se de el desarrollo corporal. Desde el primer momento, se sabe donde estará la cabeza y donde serán los pies, lo que nos indica que hay un diseño y un plan, hay una direccionalidad inmanente. 

Con lo dicho anteriormente, podemos decir que el cigoto o embrión unicelular constituye el climax de la totipotencialidad celular; es la única célula capaz de iniciar un nuevo desarrollo embrionario y por lo tanto de dar lugar a un organismo vivo. Por lo general, cuando se estudian las células madre embrionarias se les separa de su totalidad por lo que es imposible ver la unidad que guardan las partes -que no pueden separarse del todo- respecto al todo y se llegan a conclusiones erróneas. 
En conclusión podemos decir que la biología nos muestra, que el embrión desde la formación del cigoto es un organismo individual con su propia identidad génica que lo define como un individuo de la especie humana y esa información genética y epigenética es inseparable del desarrollo corporal propio y único de ese individuo concreto. El desarrollo embrionario es el periodo de construcción del organismo jerárquicamente ordenado en el tiempo y en el espacio controlado por los ejes corporales. Es un proceso ininterrumpido, continuum, que no forma parte de un todo sino es el todo. La propiedad de continuidad implica y establece la unicidad o singularidad del nuevo sujeto. Por lo que señalamos que el embrión humano, es un ser humano y por lo tanto persona humana desde el momento de la fecundación (concepción).

martes, 15 de febrero de 2011

Cursos Redbioética/UNESCO 2011

Cursos Redbioética/UNESCO 2011

PROPUESTA EDUCATIVA 2011
PRIMERA CONVOCATORIA A BECAS Y MATRICULAS 2011
CURSOS TOTALMENTE A DISTANCIA
CERTIFICACIÓN DE LA REDBIOETICA Y EL PROGRAMA REGIONALDE BIOÉTICA DE LA UNESCO
“VI CURSO DE INTRODUCCIÓN A LA ÉTICA DE LA INVESTIGACIÓN EN SERES HUMANOS”
“V CURSO DE INTRODUCCIÓN A LA BIOÉTICA CLÍNICA Y SOCIAL”
Con prestigiosos docentes expertos en la temática de toda América Latina y con el auspicio de la
Universidad Nacional de Córdoba (UNC, Argentina), de la Universidad Nacional del Litoral (UNL, Argentina),
de la Universidad de Brasilia (UnB, Brasil) y de la Universidad Alberto Hurtado de Chile.
Inscripciones abiertas desde el 20 de Enero de 2011
Postulaciones a BECAS UNESCO hasta el día 15 de Marzo de 2011
Inscripciones a Matrículas hasta el día 15 de Abril de 2011
Cursos comienzan: 2 de Mayo de 2011
Desde ya agradecemos la difusión de este mail.
Para mayor información visite www.redbioetica-edu.com.ar

Congresos y Jornadas de Bioética 2011

jueves, 3 de febrero de 2011

CURSO DE BIOETICA EN LA FACULTAD DE SALUD DE LA UNIVERSIDAD SURCOLOMBINA

CURSO DE BIOETICA EN FACULTAD DE SALUD DE LA UNIVERSIDAD SURCOLOMBINA

Desde hace varios años, el profesor Juan Carlos Liévano, Doctor en Bioetica de la Univeersidad del Sacro Cuore de Roma y la Magister, Enfermera Nancy Ceron, están al frente de la Cátedra de Bioetica, en el programa de Medicina, en la facultad de Salud de la Universidad Surcolombiana.
Este semestre cuentan con 43 estudiantes inscritos con los cuales están dispuestos a fortalecer  e impulsar los  llamados "JUEVES DE BIOETICA". Iniciativa que nació en el año 2008 y cada vez  se va posicionando más  como un espacio de  información y de debate de los temas candentes en el ámbito de la vida y la salud  a nivel de la Universidad.